Ir al contenido principal

Entradas

A que huele tu nombre

Si tu nombre huele a solfeo, flores, infinito y posó mi boca bajo la erupción. Tan dulce y tormenta. Tu diminuta presencia. Extraño despertar sobre las tablas. Madera antigua. Y beber cada poro, succionar el polen de la rosa. Afuera está la ciudad avanzando. En un tren subte, en un bus oruga Y bajo cada mole de acero y cemento yace la tierra. Se  asoma la vida entre las tablas del piso. En la paredes humedas Desde los muros surge un jardín. Es un concierto tu nombre. Toco tus notas, bebemos un vino. Afuera duermen los mendigos su última noche. Quizas por eso nos embriagarnos algunas noches. Y caminamos cabizbajos. Asi no duele tanto el amor.
Entradas recientes

Alameda de las delicias.

Hileras de carpas, colchones, rostros agrios. Ebrios, perros vagos. Vagabundos perros vagos. Malolientes, cagados y meados. Restos carcomidos Estado demócrata. Tu calle la fotografía social. Alameda Bernardo O'higgins eje de la capital Santiago de Chile. En sus carpitas las sobras del modelo neoliberal. Parecen ancianos esperando su funeral.

Prohibido comprar a vendedores...

Hay cosas que emocionan sobre el carro del metro. Un rapero con su niño, tan niño como el rapero. Mientras canta  pasa el que vende  cuchufli, sonríe y saluda al rapero, le regala unos cuchufli. El rapero se lo pasa con una sonrisa a su  niño. Termina de cantar,  el rapero pide colaboración. Justo pasaba el de los cuchufli. Ambos  sonríen,  le da unas monedas al rapero. Gracias socio dice su voz y sus ojos. Me quedó pensando en la humanidad entera que vacila entre un vendedor de cuchufli, un rapero y un niño con su cuchufli. Mientras la voz metálica del parlante del carro que gruñe, No esta permitido comprar...

Ni melodías, ni palabras

Bajo el asfalto asoman los adoquines. Bajo estos asoma la cal y el arena. Ahí antes hubo floridos arbustos, acequias con berros y vegetales. Olia a boldos, humo de rukas y guano de pajaros. Chacras regadas por el Mapocho. Ahora es pestilencia de escapes a petroleo, bocinazos. Llegaron armados y ya no hubo pastizales ovejas o kiltros. El humo de las rukas no inundo de olor a leña las llanuras. El Huelen ardió por los cuatro costados. Las asequias transparentes no llenaron de lodo el juego de los peñis. Despues de las carretas y tranvias se rasgo la tierra y las vegas se llenaron de trenes subterráneos. Nos fuimos hundiendo metiendonos para adentro y mi risa nunca mas fue de otros y sus llantos fueron ahogos. Todo esto sucedio después de adoquinar la tierra, de asfaltar los adoquines. Crecieron los rascacielos amurallaron el rio sellaron con hormigon los causes transparentes. Arrinconaron los bosques y los miles los m

Nieve del 71

Tenia  16 años, andaba cada dia celebrando mi revolucion. Mia por que venia desde mi abuelo con Marmaduque. Mia por que de costurera mi madre la hilvanaba. Mia por que de un escritorio publico mi padre la armaba. Como hoy, julio 2017 caia la nieve sobre las plazas de Maipu. En ese 71 era mas bella la calle solo tierra y nieve. Mi revolucion y la nieve. Mi  Allende Mi pueblo combativo. Era otra la nieve, mas calida penetraba el alma jugabamos en la pobla y nadie cerraba las puertas, entrabamos a tu casa o la mia, sin cerrojos. Abria la puerta de mañanas y tomaba desayuno mientras regresabas del liceo, no era mi casa pero era tan mia. Sin dudas era otra la nieve y tomaban mis hermanas la leche tibia que se las daba mi revolucion. Hoy caen mis lagrimas junto a la nieve. Los mismos del poder economico, fueron ayer los que me arrebataron mi revolucion. Asomado a la ventana con mi amor. Acurrucados miramos los copos sobre las hojas del

Tan simple

Tan simple el amor. Dulce miel adobada de luces y sombras. No pude gritar mas fuerte tu nombre. Los silencios hieren como las corcheas en un calendario. Eras la canción preferida de mis sueños. Y llegaba a casa a lavar la rutina en una espesa lavasa. Pero convertía las flores en rojos clavelines. Aun seguirán sonrojando a los zorzales. No pude amarte mas porque  todo el amor estaba derramado en nuestra alcoba. Se escurría por cada espacio Bajo los muebles En el cubrecamas las tazas y vasos. Acaso no viste que caminaba como una oruga entre las plantas. No me viste vestido de oruga caminando como un prendedor en tu pecho. Déjame  llevar ramitas a nuestra alcoba, Haremos un nido De plumas, Recortes de primavera cinturones de estrellas Amarremos  con madreselvas y pasionarias la esperanza. Y sigamos, una  y otra ves porfiando este amor aunque me distraigan los niños jugando bajo el dintel en n
Escultura para Laura Recorrí la casa mirando como las piedras o los troncos relucían caracolas. Aquellos fierros oxidados, los escombros metálicos eran un Leftaro, un Colin con lanzas apuntando al firmamento. Pensando en tu cara rosada recogí plumitas de gallinetas. Recogí las hojas secas y quería irte trayendo en mis pasos Sentía las manos esculpir la madera y pensaba en mis manos palpitantes en cada espacio de tu cuerpo. Mi dedo entre tus labios mis labios en el botón de tu pezón. Otro atardecer vendrás conmigo y entre las esculturas en un tronco desnudo mas allá del ojo y de la mano descubriremos el ciruelo iracundo arrastrado por el viento. Vendrás amor a buscar entre las estatuas y las esculturas de una plaza imaginaria, el origen, la piedra y el granito puro el ciruelo, el raulí, el oregón que se abrió con las manos del ar